Los sindicatos denuncian que el traslado forzoso que les plantea la empresa es un «despido encubierto» de las 56 personas de la plantilla
En la puerta del número 45 de la avenida Maresme de Badalona hay una pintada que reza «La Antigua Lavandera despide a 56 trabajadores«. Para ser más concretos, la fachada de este polígono industrial no es Badalona, sino que una vez superada la acera la pintura se asienta sobre Sant Adrià del Besós. Y jurídicamente la empresa no les ha planteado el despido a sus trabajadores, sino que les ha presentado un expediente de traslado colectivo.
La empresa La Antigua Lavandera fabrica lejías de las populares marcas Neutrex, Conejo y Estrella para la multinacional alemana Henkel. Pertenece al grupo BlueSun y pretende llevarse la producción de la planta de Sant Adrià a Alcalá de Guadaira, en la provincia de Sevilla. «Es un despido encubierto«, denuncian fuentes de CCOO y UGT en la empresa.
Fuentes cercanas a la empresa justifican la medida debido a las pérdidas de los tres últimos ejercicios. No obstante, la compañía no ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE), sino que plantea la movilidad forzosa. Ante eso, según fuentes jurídicas consultadas, los trabajadores tienen dos opciones: o bien aceptan una indemnización por despido de 20 días por año trabajado, la mínima, o bien aceptan el traslado. Una vez aceptado, pueden impugnarlo, pero en el mientrastanto de los tribunales se tienen que ir a más de 1.000 kilómetros.
«Para mi es imposible. Tengo mi pareja aquí, mis amigos, he nacido aquí… Imposible», cuenta Leonardo, que en breve hará 50 años y es encargado de material y almacenaje. Lleva desde el 2001 en la fábrica, pero hasta el 2014 no saltó de una empresa de trabajo temporal (ETT) a la plantilla. «Ni cinco meses me van a pagar«, pensando en las dificultades que le esperan para encontrar un nuevo empleo si finalmente acaba en la calle.
Bastantes más años lleva Ángela, de 60 años. Concretamente 42, desde que llegó de Extremadura con 18 años recién cumplidos, según cuenta. «Petra, criada para todo he sido yo aquí«, explica, haciendo referencia al popular personaje de los tebeos de Mortadelo y Filemón. Ángela cuenta que empezó haciendo la serigrafía de las botellas de lejía y que ha pasado por control de calidad, recepción, secretaria de dirección y ahora está en recursos humanos.
El polígono donde se encuentra actualmente La Antigua Lavandera lleva décadas fabricando productos de limpieza y por ella han pasado distintas generaciones. «Aquí padres han dejado el puesto a sus hijos», cuenta Ángela. También ha albergado matrimonios, como el de Silvia, cuyo marido fue despedido en el ERE que hubo en el 2014, cuando la empresa Dalli traspasó el negocio a BlueSun.
Otras dos plantas en Sevilla y Mataró
La de Sant Adrià no es la única planta del grupo en España. Hasta hace poco en su página web constaban otros dos centros, uno en Alcalá de Guadaira (Sevilla), que es donde se quieren llevar la producción, y otro en Mataró, que es donde los trabajadores de Sant Adrià querrían que se la llevaran. BlueSun reconocía en su página web que la capacidad del centro de Sevilla era de 120.000 toneladas de lejía por año y que la de Sant Adrià era de 180.000. Es esa diferencia la que no encuentran coherente los empleados catalanes, ya que la planta de Alcalá no podrá absorberlos.
La planta de Mataró, no obstante, está especializada en detergente líquido, en polvo y ambientadores, no en lejía. Ello dificultaría la empresa trasladar directamente la producción de Sant Adrià allí directamente. El próximo 25 de febrero vence el plazo legal para que las partes cierren un acuerdo. Hasta entonces los empleados se concentran al inicio y al final de la jornada en la frontera entre Badalona y Sant Adrià para clamar contra el traslado.
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